Me detuvo el aroma a café con naranjas
Y me estallaron los cinco sentidos.
Deja vu que he vivido
Ese breve momento que me abrazó el delirio
y el cuerpo se erizó de mil nostalgias.
Fue tu dedo en mi espalda
lo que trabó por siempre los relojes.
Y un antojo a tu piel me inundó la garganta.
¡No te vayas jamás!
Quedáte para siempre así
coincidiendo el latido, el pulso y el suspiro
en este único segundo en el que vos y yo
somos de aromas, somos de naufragios.
De atrapasueños que aturden con sonidos
al borde del abismo.
Al filo envejecido del instante que corre
porque solo es un sueño que he tenido...
En mi espalda no hay alas y el tiempo me ha vencido.
Solo hay un desamparo de palabras y un perfume a lavanda
que dice que te has ido.