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lunes, 11 de mayo de 2015

A Kasioles, cuando una mamá te abraza desde lejos.

La tristeza y lo dulce siempre se complementan.
En eso pensé el día de las madres saboreando mi quinta o sexta cucharada de dulce de leche mientras hacía un pastel.




Yo quería imaginarme tu carita,
 entonces,
 cerré los ojos y te vi...sos redondita.
Batías margaritas y camelias picadas ¡bien finitas!
 en un enorme bol color manteca.
 Le agregabas violetas, tres suspiros, miel pura,
quinientos gramos de ternura
y una docena de pétalos de rosas.
aderezaste con un puñado de preciosas mariposas
 y un revuelo de abejas zumbando en las ventanas
acudían presurosas a verte cocinando tan ufana.
Una mamá prestada por un rato...
¡Eso si es un regalo!
Una bella mamá cantando mientras trajina.
Una buena mamá, la leche con cacao, olor a mandarinas.
Yo quiero desatarte los delantales
y me corras a risas entre las sillas de la cocina.
Amor sabor a hierbabuena,  a té de fresa y menta.
Y si uno se lamenta  lluevan  caricias
como harinas cernidas en la cabeza.
Rezongos amasados con mazapanes
panes cerca del horno creciendo suaves
aromas de los tilos y yerbaluisas
¡Con forma de sonrisa quiero mi torta de cumpleaños!
Y a la noche me arropes...
Yo quiero amanecer  y sentir tus manos
trenzandome los sueños con cintas verdes
y  tintas de colores manchándome los dedos niños y torpes
cuando te hago poesía,
mamita mía.


Gracias querida Kasioles, al fin pude escribir un poema el día de las madres. Te quiero mucho. Hoy estás en el aire limpísimo de la mañana que me llena la boca del aire fresco. Y eso que me hiciste llorar carajo!!